La agencia espacial estadounidense NASA lanzará el próximo jueves el cohete Atlas V, que llevará hacia la Luna dos nuevos artefactos para el estudio de las condiciones para el asentamiento humano en el satélite.
‘Estos robots, que van en las primeras misiones de la NASA a la Luna en más de una década, son nuestros exploradores para conocer mejor el terreno y el ambiente para la presencia humana’, dijo en conferencia de prensa Chuck Dovale, director de lanzamientos de la NASA.
Las misiones coinciden con el aniversario número 40 del primer descenso de humanos en la Luna.
En un principio, la sonda lunar debía de partir el miércoles, pero se retrasó un día para que no coincidiera con la partida del transbordador Endeavour, que no pudo salir el sábado pasado debido a una fuga de combustible en una tubería del tanque exterior.
El lanzamiento del Endeavour se ha programado ahora para la mañana del miércoles desde el Centro Espacial Kennedy, en el sur de Florida.
El Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por su sigla en inglés) se ubicará en órbita en torno a la Luna y apuntará sus instrumentos hacia el satélite para continuar los estudios. Una de las tareas de estos instrumentos es la búsqueda de sitios para futuros descensos de astronautas.
Por su parte, el Artefacto de Observación de Cráter Lunar (LCROSS, por su sigla en inglés) conducirá una porción vacía del cohete hacia la colisión con un cráter que está permanentemente en la sombra, en un esfuerzo por encontrar pruebas de la existencia de agua en los polos lunares.
Los científicos creen que si se hallase hielo en el satélite de la Tierra podría usarse no solo para el sustento de los astronautas y colonos, sino como fuente de combustible para exploraciones más allá de la Luna.
Hasta ahora todas las muestras del suelo lunar recolectadas en 40 años desde la primera llegada de humanos sugieren que la superficie es totalmente seca.
Pero los científicos señalan que hay cráteres profundos en los polos de la Luna que no han recibido luz del Sol en dos mil millones de años o más, y que en el frío de estas sombras permanentes, con temperaturas de 200 grados Celsius bajo cero, podría haber hielo en la superficie.
Las primeras señales, controvertidas, de la posible presencia de agua en la Luna datan de 1966 cuando la sonda Clementine registró reflejos de señales de radar desde el polo sur del satélite similares a las que pueden ocurrir en regiones heladas.
En 1998, el artefacto Lunar Prospector de la NASA detectó indicios de agua, en ambos polos. Pero este aparato solo pudo medir el hidrógeno y no en qué material estaba contenido este elemento.
En esta misión, el LCROSS estrellará dos sondas en la Luna, mientras que el LRO hará el relevamiento de mapas de la Luna desde la órbita y, en combinación con otros artefactos en el espacio observará los sitios donde LCROSS levante una polvareda, para estudiarla en busca de agua.
EFE