El Olympique Lyon salió airoso del enfrentamiento contra el Real Madrid, al que apartó de la Champions League en los octavos de final, una barrera que, por sexta vez consecutiva, continúa insalvable para el conjunto blanco.
Muy rápido Cristiano Ronaldo anotó el primero del Real Madrid pero los dirigidos por Manuel Pellegrini se perdieron muchos goles que auguraban un mal final. A los 75 minutos Pjanic puso el empate para el Lyon. Con este resultado, el global quedó 2-1 a favor de los franceses y por ello clasificaron a cuartos de final.
Ni siquiera el acicate de acoger en su estadio (Santiago Bernabéu) la final del torneo más prestigioso de Europa ni el hecho de afrontar el partido de vuelta como local, terminaron con un maleficio que el Real Madrid no puede superar.
La leyenda negra se agiganta para el dominador de la competición. La décima se advierte como una utopía para el rey de la Copa de Europa. Tal día como este, un 10 de marzo del 2004, el Real Madrid empezó a cavar su reciente leyenda negra. Uno tras otro, el Juventus, el Arsenal, el Bayern Múnich, el Roma y, el pasado curso, el Liverpool, sacaron al equipo español de la competición continental.
Rivales de entidad pero que en ningún caso afrontaron el duelo con favoritismo absoluto. Una relación a la que ahora se ha sumado el Lyon, un equipo al que se le resiste el conjunto blanco y que ha espantado sus propios fantasmas. Llevaba tres ediciones seguidas sin alcanzar los cuartos. Ahora ya los tiene.
Ahora se suma esta. Con todo a favor. Un rival menor y en su propio estadio.