Las autoridades de Shanghai festejaron hoy la inauguración de la Exposición Mundial del 2010 con un alarde de fuegos artificiales y luces láser de una fastuosidad similar a la apertura de las Olimpiadas de Beijing.
Para Shanghai, la Expo es una vuelta al escenario mundial después de décadas de espartana industrialización tras la revolución comunista de 1949. Al igual que las olimpiadas del 2008, la Expo es una ocasión para mostrar la creciente influencia económica y geopolítica de China, tanto al mundo como sus ciudadanos.
En un brindis durante una cena de gala en honor de los dignatarios invitados a la ceremonia, el presidente Hu Jintao dijo estar seguro que el mundo “verá una Expo Mundial exitosa, espléndida e inolvidable”.
Entre los 2.300 artistas invitados figuran el actor de artes marciales Jackie Chan, el cantante japonés Shinji Tanimura, el pianista Lang Lang y el tenor Andrea Bocelli. Tras las actuaciones los invitados salieron al jardín para presenciar una muestra de fuegos artificiales en la rivera del río Huangpu, iluminado con 1.200 focos, rayos láser y surtidores móviles.
Las aguas del río resplandecieron con 6.000 farolillos a pilas que portaba una flotilla de lanchas en representación de las naciones que participan en la feria.
La Expo quedará abierta al público el sábado y seguramente atraerá 70 millones de personas a lo largo de seis meses a los pabellones de casi 200 naciones bajo el lema “mejor ciudad, mejor vida”.
La China destinó 28.600 millones de yuan (4.200 millones de dólares) a la Expo, y muchos miles de millones más en otras mejoras de esta ciudad portuaria de 20 millones de habitantes. Edificios recién pintados, nuevas carreteras, líneas del subterráneo y terminales en el aeropuerto – todas ellas muestras de nuevo poderío industrial del país.