
Claudio Pizarro debe tener un encontrón de sentimientos. Su equipo venció 1 a 0 un partido dificilísimo ante el Colonia. Sin embargo, no pudo anotar el gol con el que hubiera igualado a Giovanne Elber como máximo goleador extranjero de la Bundelisga.
El Bremen manejó la pelota todo el partido, pero no hizo mayor daño. Insinuaciones, nada más, controladas por la defensa y por el arquero rival, de gran actuación.
El peruano tuvo siete ocasiones contadas de gol. La primera y la última fueron las más peligrosas, conjuradas por el ya alabado portero Hessler.
En la jugada final del partido, al minuto 91, uno de los tantísimos pelotazos de Frings terminó en el cabezazo. La pelota iba a entrar al arco, pero Jeromel metió la mano. El árbitro cobró penal y fue expulsado.
Cuando todo hacía indicar que sus compañeros, técnico y estadio entero iban a pedir y dejar que Claudio lo patee, Frings agarró la pelota y anotó el tanto de la victoria.
¿Egoísta? Bueno, no es que Pizarro sea un excelente ejecutor de penales. Además, había que asegurarlo con el encargado, pues la victoria llevó al Bremen a sumar 58 puntos y al tercer lugar, que otorga un cupo a la Liga de Campeones.
Fuente: depor