
Una vez más, el fin de semana pasado se presentaron actos violentos muy reprochables en los partidos de Copa Perú en nuestra región.
En Cajamarca y en Cutervo, los réferis fueron agredidos, como consecuencia de cobros dudosos; pero para muchos entendidos en el tema del arbitraje, estas conductas reprochables desde todo punto de vista, no solo se deben al desconocimiento del reglamento y a la poca preparación de los hombres de negro, sino que devienen por la falta de sanciones drásticas para los agresores. La mayoría de futbolistas, dirigentes o hinchas que han cometido este tipo de faltas no han recibido un castigo ejemplar, es decir que siempre o por lo general se les aplica una sanción de un año y en el mejor de los casos tres años, los cuales pasados unos meses, y entre gallos y media noche se reducen a seis meses o menos, de tal forma que rápidamente se cierra la página y se vuelve a esta “normada anarquía” que rige nuestro fútbol.
Con esto no pretendo defender ni mucho menos apañar el nefasto desempeño de los réferis, los cuales también deberían recibir sanciones rigurosas. Sin embargo el pobre desempeño de los árbitros no justifica la conducta violenta de jugadores, dirigentes o hinchas.
A grandes males grandes soluciones. Entonces cómo podemos empezar a cambiar esta situación. Lo más lógico es que las autoridades actúen con severidad e impongan sanciones ejemplares, que sienten un precedente, si hay que vetar un estadio por años, lamentablemente hay que hacerlo, si hay que sacar a un equipo de competencia por años hay que hacerlo, si se tiene que suspender de por vida a un jugador hay que tener los pantalones para aplica la sanción y si se debe multar o retirar a un réferi de la carrera arbitral también deben hacerlo sin titubeos, del mismo modo se debe denunciar y si es necesario sancionar con cárcel a los “hinchas” que originan violencia en los campos deportivos.
Se tiene que castigar con rigidez, de otro modo jamás podremos erradicar la violencia, por el contrario cuando no se sanciona se contribuye a generar más violencia.
Debemos recordar que a los espectáculos deportivos acuden niños y jóvenes de ambos sexos, los mismos que toman como prototipos a los deportistas, por ende la conducta de éstos debe ser un ejemplo dentro y fuera del terreno de juego. Además las autoridades deben tomar en cuenta que si queremos obtener triunfos, si deseamos que nuestros deportistas destaquen, el principio fundamental para conseguirlo es la disciplina, y ésta es sinónimo de trabajo y respeto con uno mismo y con los demás, solo así podremos sacar adelante nuestro muy venido a menos deporte cajamarquino.
Fuente: Panorama Cajamarquino