
La escuadra calcetera encaró este compromiso sin la presencia de Miguel Arrázabal, Héctor Quintana y Wilber ‘Cachay’ Ramírez, todos suspendidos de manera polémica por la Comisión de Justicia de la FPF. Pese a estas ausencias, el arranque no pudo ser más auspicioso para Diablos Rojos. Tras dos acciones de peligro generadas por Elí Sánchez, una clamorosa mano de Anthony Castillo dentro del área tacneña fue sancionada con la pena máxima por el juez Diego Haro: el capitán Miguel Ortega se cuadró en el punto de ejecución y, sobre los 7’, puso el primero para sus colores cuando el público recién se acomodaba en sus asientos.
La prematura anotación elevó la temperatura en el Guillermo Briceño Rosamedina que, dicho sea de paso, estuvo abarrotado de espectadores. No era para menos: Diablos Rojos imponía autoridad y, además, no paraba el acelerador. Así, a los 21’, cuando Unión Alfonso Ugarte empezaba a presionar en el medio sector, un pase en profundidad de Nick Bazán encontró habilitado a Dagoberto Goyzueta, quien aprovechó una distracción de la primera línea tacneña y se instaló hasta el borde del área para luego enviar un servicio al atacante Christopher Charún. El ‘22’ calcetero solo atinó a sombrear el esférico ante la salida del portero Giancarlo Félix y decretar la segunda conquista del compromiso, desatando el jolgorio en las cuatro tribunas y en la banca de suplentes.
Por como se sucedían las situaciones de gol, no era absurdo presumir que la oncena local obtendría un marcador de escándalo. Por ese motivo, Héctor Berrío decidió ajustar sus líneas y renunciar a su planteamiento ultradefensivo: retiró del terreno de juego a un discreto Víctor Uculmana (su salida fue por lesión) para dar pase a Danyer Zevallos, quien pese a ubicarse como marcador izquierdo fue más incisivo en la proyección y se convirtió en el complemento ideal para Luis Pérez Silva, el único jugador desequilibrante en Unión Alfonso Ugarte. Sin embargo, cuando expiraba la primera etapa, se produjo un pequeño conato de bronca que originó las expulsiones de Diego Silva en Diablos Rojos y Erick Flores en tienda visitante. Igual, ambos estuvieron improductivos en la tarde juliaqueña.
Elí Sánchez y Dagoberto Goyzueta, quienes fueron absorbidos por el trabajo de recuperación de Carlos Yucra y Erick Flores, calcaron la jugada que desencadenó el primer gol de la tarde, esta vez en el arranque de la etapa complementaria: tras una buena combinación, el ‘17’ calcetero se instaló en el área y fue derribado por el central Wilquer García. Haro sancionó penal y, ante la sorpresa de todos los presentes, Alexis Torres desplazó a Miguel Ortega de la ejecución. El remate del lateral izquierdo fue espantoso, pero no generó mayor preocupación en el plantel de César Espino. El 2-0 proseguía y, se pensó -erróneamente-, que el trámite de las acciones se mantendría con la balanza inclinada en territorio visitante.
El penal desperdiciado fue el punto de recuperación para los hombres de Berrío. De a pocos, Luis Pérez fue cobrando protagonismo y, con el ingreso de Dioscórides Gonzales, Unión Alfonso Ugarte adelantó sus líneas, se adueñó del medio sector y empezó a dominar las acciones. El ‘Gato’ Espino, en una apuesta cautelosa, decidió retirar del gramado a Christopher Charún, su único atacante, para permitir el ingreso de José Johnson, hombre con características defensivas. La rechiflas no cesaron en el estadio y, aunque el estratega local trató de enmendar su decisión enviando al cusqueño Carlos Zúñiga, su nuevo esquema ya estaba bosquejado: apelar únicamente al contragolpe, apoyándose en las proyecciones de Russo Ortega, el mejor jugador del partido. Diablos Rojos, sin quererlo, se puso contra las cuerdas.
Héctor Berrío, zorro viejo, respondió con la otra cara de la moneda y se la jugó por el atacante Carlos Zevallos en desmedro de Alexis Castamán; ergo, comprendió que en esos últimos minutos tendría la oportunidad de encasillar a su contrincante y obtener el anhelado descuento. Y así ocurrió. En la última jugada del compromiso, una internada del ‘9’ visitante sorprendió a Nick Bazán, quien no tuvo otra opción que infraccionarlo para desbaratar la opción de peligro. Diego Haro -una vez más- no titubeó y colocó el balón en el punto de penal. Luis Pérez, ex jugador del Alfonso Ugarte de Puno, tomó distancia y batió la resistencia de Teddy Ramírez, consiguiendo el 2-1 que, minutos antes, parecía una utopía. El próximo domingo, en el Jorge Basadre, solo una celebrará. Ahora, por increíble que parezca y pese a la derrota, el balón está del lado tacneño.
Fotos: Hernán Valencia / diario Los Andes de Puno / DeChalaca.com