
Después de una larga espera, la pareja más famosa del momento finalmente se dio el sí en el altar de la abadía de Westminster y millones de personas alrededor del mundo fueron testigos de este momento
Tras una importante cobertura mediática previa al enlace nupcial del siglo, este 29 de abril el príncipe de Inglaterra unió su vida a la que ahora será la nueva princesa de Gales. Majestuosidad, elegancia y un estricto protocolo no faltaron en esta ceremonia, la cual se estima fue seguida en vivo por más de dos mil millones de personas a través de los distintos canales de transmisión.
Ver qué traje escogió la novia luego de cientos de especulaciones era una de los grandes momentos que esperaba la audiencia, incluyendo algunos miembros de la familia real y de la novia, quienes no habían tenido la oportunidad de verlo, pues siempre se mantuvo en absoluto secreto. ¿El resultado? Un impecable diseño de Sarah Burton, actual directora creativa de la firma Alexander McQueen.
Kate tomó las riendas de su look, por lo que ella misma decidió maquillarse y peinarse ¡y vaya que hizo un buen trabajo! pues su rostro lució cándido y sin excesos para este día tan especial. La tiara, por su parte, complementó su look y era una pieza de gran valor que pertenece a la colección personal de la reina Isabel II de Inglaterra.
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, fue el encargado de auspiciar la ceremonia. El anillo que selló la unión es procedente de una mina del país de Gales, como así lo dicta la tradición y aunque William tuvo ciertas dificultades para colocarle la alianza a Kate, finalmente la vicisitud fue solventada y la pareja se convirtió en marido y mujer.
El amor que irradiaban los nuevos novios se podía observar a simple vista, y las miradas llenas de dulzura y afecto saltaban por doquier. Miles de británicos, y turistas que aprovecharon su estadía en la nación británica, esperaron en las afueras de la abadía para ver el momento en que saliera la pareja real, convertidos finalmente en esposos.
Kate y William se dirigieron al palacio de Buckingham y desde el balcón principal saludaron al mundo, para finalmente sellar este momento con un romántico beso.