
Un suspiro de alivio retumbó en la ciudad, los petardos tronaron en el cielo y la fuente de Cibeles, habitual escenario de las celebraciones del Real Madrid —que fue eliminado temprano de la Champions—, recibió a los primeros visitantes en casi dos años: la eliminación del Barcelona de la Liga de Campeones y su consiguiente ausencia en la final del Santiago Bernabéu es la primera alegría del año para los hinchas blancos.
Aficionados del Real Madrid festejaron la noche del miércoles la victoria del Inter de Milán sobre el Barcelona en las semifinales de la máxima competición europea.
Se desvanecía así la posibilidad de que el archirrival se proclamara campeón de Europa en el Santiago Bernabéu el 22 de mayo, una pesadilla que perseguía desde hace meses a los aficionados del Real.
“Ya estarán tranquilos los madridistas”, dijo Xavi Hernández, cerebro del Barcelona, consciente de que su caída fue bien recibida en Madrid.
“Cibeles duerme tranquila”, tituló hoy el diario deportivo madrileño “As”. Pero no lo hizo. Unos pocos aficionados festejaron allí el triunfo del Inter, como si los argentinos Walter Samuel y Esteban Cambiasso y el holandés Wesley Sneijder aún siguieran vistiendo la casaca del conjunto de la capital española.
El millonario Real Madrid armado por Florentino Pérez cayó en octavos de final de la máxima competición europea. Desde entonces, su afición sólo tenía un deseo: no ver al Barcelona campeón en el Santiago Bernabéu.